viernes, 27 de diciembre de 2013

Houellebecq. Impresiones

Frase para pensar y en la que algunos lectores dicen de su  protagonista, "se puede trabajar en solitario durante años, es la unica manera de trabajar, la verdad sea dicha, llega siempre un momento en que experimentas la necesidad de mostrar tu trabajo al mundo, menos para recibir su juicio que para tranquilizarte sobre la existencia de ese trabajo e incluso sobre tu existencia propia, la individualidad es apenas un ficción breve dentro de un espacio social".

Es una novela actual. Es existencialista prende mucho en la gente. Nos ha faltado emoción porque sigue la conveniencia, buscando la facilidad, quizas por haber sufrido carencias afectivas en su infancia, puede ser un arma de defensa para no sufrir se crea una coraza.

Ha gustado como dice las cosas: claras.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Próxima lectura: "El mapa y el territorio", de Michel Houellebecq




Día 18 de diciembre a las 19:00 horas.
 
Como siempre, en la biblioteca.

"El mapa y el territorio" de Michel Houllebecq.

Premio Goncourt.

Estamos en vísperas de la Navidad. No faltes, habrá sorpresas.


 


Ya en el texto, el protagonista de El Mapa y el Territorio se llama Jed Martin, y es un artista (principalmente fotógrafo y pintor) que alcanza notoriedad con una serie de fotografías que muestran fragmentos de mapas de carreteras Michelín, en una especie de reivindicación que sirve de título a la muestra (e indirectamente a la novela): “El mapa es más interesante que el territorio”. Esto evoca con precisión la actitud existencial de Michel Houellebecq, origen reconocible de todo lo que ha escrito: la descripción honesta, analítica y racional de la realidad le interesa mucho más que su vivencia, que el verdadero contacto con ella, que le resulta esencialmente doloroso y frustrante.

En una etapa posterior, Jed Martin tiene un éxito comercial arrollador, gracias a una serie de pinturas que muestran diversos oficios contemporáneos, retratos de seres humanos que encarnan diferentes posiciones en la cadena de producción (“el hombre occidental se define hoy por el lugar que ocupa en la cadena de producción”, llega a decir alguien en la novela). El tema de las obras de este artista es un hábil pretexto que pone a Houellebecq en situación de reflexionar y profundizar en el asunto del trabajo y la producción industrial en la vida humana, desde nuestro momento histórico concreto, y hay que decir que el resultado de esa reflexión es a ratos bastante interesante, y que incluye algunos vaticinios nada desdeñables.

Durante la primera y la segunda parte de El mapa y el territorio, se nos muestra el retrato humano y el devenir profesional de este personaje tan houellebecquiano,  totalmente desapasionado, un poco aburrido y pretendidamente lúcido, su tibia y frustrada historia de amor con una rusa preciosa a la que conoce en su primera exposición y la pobre relación afectiva que mantiene con su padre. En el mundillo cultural al que tendrá acceso gracias a su inesperado triunfo como artista, Jed Martin conocerá a un personaje que confiere cierto interés y buenas dosis de humor a la novela: el exitoso escritor Michel Houellebecq, un hombre huraño, alcohólico y depresivo al que recurrirá para que escriba el catálogo de su gran exposición.

La tercera parte de la novela arranca con un asesinato brutal y repugnante que permite al narrador cambiar de género literario (pero nunca de registro, claro): nos hallamos entonces ante una especie de thriller policíaco en el que entran en acción nuevos personajes centrales, un comisario de policía y su departamento de investigación…y aquí si hay que reconocer que la novela no resiste bien el cambio de eje: Houellebecq se encuentra fuera de su elemento narrativo, su mirada se desenfoca un poco, se pierde profundidad y precisión y todo empieza a sonar forzado; los personajes se vuelven elementales y se convierten a ratos en estereotipos predecibles y hasta llega a escribir varias cosas que podrían calificarse de chorradas. Hacia el final, muy hacia el final,  la novela recupera su tono habitual  y alcanza el perdón por los pelos.


«El Premio Goncourt habría perdido toda credibilidad y se habría deshonrado si hubiese tenido la arrogancia de denigrar esta gran novela» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles).

«Magistral de principio a fin» (Le Figaro).

 «Creo que estamos antes un libro serio, honesto, valiente, que por fuerza consagra a quien lo ha escrito cualquiera que sea la fama que arrastre» (Robert Saladrigas, La Vanguardia).

«Houellebecq, ya es hora de decirlo, es de lejos el mejor escritor francés de hoy y uno de los tres o cuatro mejores de Europa y esta novela uno de los libros más complejos, ricos, estimulantes y totalizadores de los últimos tiempos, además de un apasionante thriller» (Santiago Gamboa, El País).

«Ha logrado no sólo epatar y electrocutar al lector, sino incluso emocionar con algunos momentos de una rara belleza.» (Antonio G. Iturbe, Qué Leer).

 «El mapa y el territorio es su última gran provocación, una bomba de relojería contra el arte moderno y la cultura contemporánea… El final resulta, inevitablemente, desolador: sólo quedan la impostura y la muerte, pero antes se suceden páginas llenas de amor y derrotas» (Nuria Azancot, El Mundo).

martes, 3 de diciembre de 2013

Adela Rubio. Impresiones

Amena, entretenida, didáctica... la visita de Adela Rubio.

No sólo hablamos con ella de sus libros, sino que compartió con nosotros otro de sus conocimientos: la transmigración de las almas.

Desde el club no entramos a valorar la validez o superchería de estos conocimientos. No obstante transcribimos las impresiones de un participante.

Muchas veces nos preguntamos cual es el sentido de la vida y si hay algo más allá de este mundo materialista tan potenciado en la actualidad.
Interesantes son, sobre este particular, las reflexiones de Adela Rubio Calatayud acerca de la transmigración del cuerpo y el alma. No hay duda de que en este mundo intervienen fuerzas (que operan en el campo espiritual) que escapan a nuestro control e intervienen en el destino de las personas y, por ende, de toda la sociedad.
Según los autores que apoyan la tesis de la transmigración (como Adela Rubio) cada uno de nosotros es portador de un alma que ya existido en el pasado y decide tomar parte de una nueva vida para cumplir una nueva función en el devenir del destino. Al parece, este proceso de “transmigración” se produciría en el momento de la concepción que es cuando surge la oportunidad de una nueva vida. Esta nueva vida surge para cumplir una función en el enigmático devenir de este mundo. Este nuevo ser será hijo, hermano, esposo o esposa y padre o madre, intervendrá en la vida de otras tantas personas que, directa o indirectamente, pueda influenciar en acontecimientos importantes para la sociedad.
A este respecto, me planteo qué consecuencias tendrá para el futuro la práctica, tan nefastamente extendida en la actualidad y reclamada como derecho, de abortar estas nuevas vidas y romper de este modo el devenir natural del ciclo de la vida. 
¿Tenemos potestad los hombres para intervenir en estas cuestiones?
Debemos concebir, por lo tanto, como una oportunidad única, tan importante y apasionante que debemos aprovechar cada momento de nuestras experiencias y, pensar, que dentro de nosotros albergamos un alma ya antigua, que ha vivido muchas vidas y nos ha elegido a nosotros para cumplir una importante función.

¡Qué afortunados debemos sentirnos!